ARCHIVO - Unos pocos visitantes caminan el viernes 4 de marzo de 2022 dentro de la galería comercial GUM de Moscú, en Moscú, Rusia. (AP Foto, Archivo) |
(AP) — Cuando Vladimir Putin anunció la invasión a Ucrania, la guerra parecía estar muy lejos del territorio ruso. Pero a los pocos días el conflicto llegó a casa, no con misiles ni morteros, sino con una serie de sanciones de los gobiernos occidentales y castigos económicos de las empresas.
Tres meses después de que inició la invasión el 24 de febrero, muchos rusos de a pie sufren los estragos de esos golpes a sus condiciones de vida y a sus emociones. Los imponentes centros comerciales de Moscú se han convertido en espacios fantasmales con escaparates cerrados que en su día fueron ocupados por firmas occidentales.
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