LA HABANA (AP) — Muchos cubanos recuerdan cuando a mediados de la década pasada las calles de la isla lucían exultantes de músicos y vendedores ambulantes y los hospedajes estaban llenos de turistas que visitaban lo que pensaban sería el último bastión del socialismo antes de que un deshielo con Washington transformara a la isla.
Siete años después, el endurecimiento de las sanciones por parte de la administración del presidente Donald Trump contra la nación caribeña y el efecto de la pandemia de COVID-19 hicieron que la isla se vea diferente: escasez de alimentos y medicinas, aumento de la migración y una caída de los recursos del Estado.